Los principios de libertad intelectual e igualdad del manifiesto sobre Internet de la IFLA, nos lleva a analizar el valor de la información ofrecido por las bibliotecas y servicios de información, toda vez que ayuda a las personas y comunidades a conseguir la libertad, la paz y el desarrollo.
Efectivamente, el Internet forma parte de nuestras vidas en lo personal, familiar, social y académica, siendo útil y beneficiosos en los órganos gubernamentales, en los trámites, en el comercio, en las promociones, etc.; pero, cuidado –especialmente en los académico- no tiene control de calidad, cualquiera persona puede publicar los que estime conveniente, sin pasar por el cuidado de una editora, es decir sin control de calidad.
Asimismo, no todo se encuentra en Internet. Sin embargo existe un profesional en las bibliotecas, que debe orientar donde encontrar lo que el usuario busca, seleccionando la información que se brinda; pero, muchas veces es limitado con el servicio de Internet restringido por el servidodr del Ministerio de Educacion.
Por otra parte, así como el Internet es útil, también es una puerta del delito, del vicio, convirtiendo muchas veces a los niños y jóvenes en adictos al chat, a la pornografía, asislándolos socialmente, con patologías mentales que deberían ser tratado psicológicamente.
Por consiguiente, se requiere aplicar estrategias que respondan a las necesidades de información, de tal manera que aquellos documentos, ya sea que se encuentren en Internet o en un biblioteca, respondan a esta necesidad de brindar información útil y fiable. Tambien es conveniente preparar productos de información, con directorios de páginas Web, blogs, bases de datos, biblioteca virtual, etc.
Con el uso de Internet y de los productos tecnológicos relacionados, la tendencia hacia la biblioteca virtual es invevitable. La biblioteca tiene que alejarse de los modelos existentes para planear el futuro, porque su organización y funcionamiento se ven afectados. La máxima prioridad y probablemente el mayor desafío es diseñar y poner en práctica la biblioteca virtual, sin dejar de lado por supuesto de los recursos tradicionales, en especial “EL LIBRO”.
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